Suena el despertador y empiezan las prisas… prisa por que salga el café, prisas en la ducha, carreras de velocidad por coger antes que tus vecinos el ascensor y salir pitando del parking, y a partir de ahí toda una larga jornada llena de prisas y más prisas… Y un día llega el movimiento Slow a nuestra vida, una filosofía de vida que propugna la idea de llevar una existencia más plena y desacelerada, sabiendo disfrutar del presente más inmediato y los pequeños placeres del día a día. Tras aplicarse al diseño y desarrollo de las ciudades (Slow City) y a la comida (Slow Food), llega el Slow Home Design. Así, lo importante para esta tendencia es la calidad de vida de los habitantes de la vivienda, creando espacios agradables en los que la comodidad y el respeto por la naturaleza sean una prioridad.
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El estudio de arquitectura estadounidense Slow Home Studio, con el arquitecto John Brown a la cabeza, ha desarrollado 12 claves para la construcción o rehabilitación de nuevas residencias y hacerlas más slow. No es necesario que la casa sea muy grande. Se trata de diseñar o reorganizar una vivienda que priorice hacer la vida más fácil y confortable a sus habitantes y reducir su impacto medioambiental.
1. Localización: una slow home estará situada en un vecindario por el que se pueda andar, próxima a los comercios y lugares de visita habituales con el fin de fomentar los paseos y minimizar el uso del coche.
2. Tamaño: la casa tendrá el tamaño suficiente para abastecer las necesidades de sus residentes reduciendo el gasto innecesario de recursos y emisiones.
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3. Orientación: estará orientada y ubicada de manera que aproveche al máximo la energía natural proveniente del sol y los vientos para mantener la luz, temperatura y refrigeración adecuada.
4. Administración: una vivienda slow siempre es respetuosa con el medio ambiente. Se trata de conservar la tierra y el agua para las futuras generaciones, algo que a la hora de administrar la casa hay que tener en cuenta. Por lo tanto, un hogar slow es una contribución positiva a la comunidad.
5. Recibidor: tendrá espacio suficiente para la libre circulación y distribución de la casa, mostrando ampliamente los diferentes espacios. Además, las entradas de un hogar slow no son sólo puertas, son espacios que podemos considerar casi independientes.
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6. Salón: la base de un salón slow es la luz natural y que sea un espacio que pueda acoger múltiples usos sin desperdiciar espacio.
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7. Comedor: para una mayor comodidad se encontrará cerca de la cocina y la mesa donde comeremos no deberá ser un obstáculo en la circulación natural.
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8. Cocina: ubicada fuera de las rutas de circulación, tendrá un espacio de trabajo en superficies continuas de manera que se aproveche al máximo el espacio y resulte cómodo y agradable trabajar en ella. Se trata de buscar la eficiencia, intentando también que haya suficiente espacio de almacenamiento.
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9. Habitaciones: una habitación slow tendrá suficiente luz natural y capacidad de almacenamiento cediendo prioridad a la libre circulación y dejando una mayor percepción del espacio.
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10. Baños: de tamaño modesto, con ubicaciones privadas pero accesibles y muy bien organizados
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11. Zonas de limpieza y almacenamiento: lavadora, secadora y almacenaje deben estar fuera de las zonas comunes para que no interfieran en la atmósfera neutra y limpia generada en ellas. Deben ser zonas ampliamente funcionales y organizadas.
12. Organización general y distribución: un hogar slow está plenamente distribuido con las habitaciones organizadas de tal modo que nunca obstruyan la circulación habitual entre unas zonas y otras. Además, tendrá una conexión muy fluida entre los espacios interiores y exteriores.
Fuente: slowhomestudio.com